Amélie
Nothomb
Anagrama,
Barcelona (2011) 119 págs. 13 €. T.o: Le Voyage d´hiver. Traducción: Sergi
Pàmies.
Amélie Nothomb, la
prolífica escritora belga (Kobe 1967) presenta una novela, que desde sus
primeras páginas atrapa al lector con esa seducción que provoca su rica
escritura irónica, rápida y siempre brillante y sencilla de leer.
El protagonista, Zoilo,
con un singular empleo en una compañía eléctrica, se enamora de una singular
mujer, Astrolabio, que ha consagrado toda su vida a cuidar a Aliénor, una no
menos singular escritora autista, que dicta sus novelas y engulle todo tipo de
comida que se le ofrezca. Las dos viven en un destartalado ático con unas
temperaturas gélidas y allí las va a conocer Zoilo al hacer una visita rutinaria
para ofrecer los servicios de la empresa eléctrica. La mayor parte de la novela
se desarrolla en el ático, donde el frío es un protagonista más. El fracaso
amoroso del protagonista, mediatizado por la presencia de la escritora y la
entrega exclusiva a ella de su cuidadora, lo quiere paliar con un atentado
aéreo realizado con unos ridículos medios. Pero tiene que justificarlo: es una
inmolación por amor.
La extravagancia de los
personajes y de algunas situaciones en la novela, la obsesión por la identidad
manifestada en los nombres y sus significados y orígenes sirve de pretexto para
hablar de temas variados, como la tendencia aberrante a la fealdad que algunos
tienen, la mediocridad de muchos o lo sagrado, con esos diálogos y frescas
frases propias de Nothomb. Pero, fundamentalmente, es un análisis del amor y del
fracaso amoroso. A todo se le puede dar la vuelta, verle su sentido positivo y
así: “No hay fracaso amoroso. Es una contradicción en los términos. Sentir es
ya tal triunfo que podríamos preguntarnos por qué queremos más”
Pero el título, idéntico al
del ciclo de las famosas 24 canciones para piano de Schubert, no solo está sacado
de la intervención de Zoilo cuando al final de la novela, anuncia que tiene
previsto en el instante del atentado “tener en la cabeza, el Viaje de invierno
de Schubert, porque no existe ninguna relación entre el acto y la música”, sino
que además –y ahí está la ironía del protagonista- es la inspiración de toda la
novela. Recordemos que los textos que emplea Schubert, tomados del poeta alemán
Wilhelm Müller, narran la historia de la ruptura de una relación amorosa y
precisamente la primera canción describe cómo ha acabado y cómo el protagonista
se separa de su amada y comienza un viaje.
Tanto la música como la
novela de Nothomb son una bella metáfora de los sentimientos que se
experimentan en ese momento: el enfado, la sensación de humillación, la
nostalgia, la ensoñación, la tremenda soledad, el cansancio emocional, la
rabia, etc…
El frío del apartamento se corresponde
con las imágenes del hielo y la nieve de las canciones que quieren expresar el
sufrimiento. En los mismos lieder se intenta comunicar, como en la novela, que
los sentimientos amorosos, vividos plenamente, aunque sean dolorosos por no ser
correspondidos, llevan una dicha en sí mismos.
Los niveles a los que se
puede leer la novela, son muchos, unos más profundos que otros, pero todos
igualmente satisfactorios: en unos casos entretendrá, en otros hará reflexionar
y será enriquecedora.
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