viernes, 15 de marzo de 2013

Viaje de invierno



Amélie Nothomb
Anagrama, Barcelona (2011) 119 págs. 13 €. T.o: Le Voyage d´hiver. Traducción: Sergi Pàmies.

Amélie Nothomb, la prolífica escritora belga (Kobe 1967) presenta una novela, que desde sus primeras páginas atrapa al lector con esa seducción que provoca su rica escritura irónica, rápida y siempre brillante y sencilla de leer.
El protagonista, Zoilo, con un singular empleo en una compañía eléctrica, se enamora de una singular mujer, Astrolabio, que ha consagrado toda su vida a cuidar a Aliénor, una no menos singular escritora autista, que dicta sus novelas y engulle todo tipo de comida que se le ofrezca. Las dos viven en un destartalado ático con unas temperaturas gélidas y allí las va a conocer Zoilo al hacer una visita rutinaria para ofrecer los servicios de la empresa eléctrica. La mayor parte de la novela se desarrolla en el ático, donde el frío es un protagonista más. El fracaso amoroso del protagonista, mediatizado por la presencia de la escritora y la entrega exclusiva a ella de su cuidadora, lo quiere paliar con un atentado aéreo realizado con unos ridículos medios. Pero tiene que justificarlo: es una inmolación por amor.
La extravagancia de los personajes y de algunas situaciones en la novela, la obsesión por la identidad manifestada en los nombres y sus significados y orígenes sirve de pretexto para hablar de temas variados, como la tendencia aberrante a la fealdad que algunos tienen, la mediocridad de muchos o lo sagrado, con esos diálogos y frescas frases propias de Nothomb. Pero, fundamentalmente, es un análisis del amor y del fracaso amoroso. A todo se le puede dar la vuelta, verle su sentido positivo y así: “No hay fracaso amoroso. Es una contradicción en los términos. Sentir es ya tal triunfo que podríamos preguntarnos por qué queremos más”
Pero el título, idéntico al del ciclo de las famosas 24 canciones para piano de Schubert, no solo está sacado de la intervención de Zoilo cuando al final de la novela, anuncia que tiene previsto en el instante del atentado “tener en la cabeza, el Viaje de invierno de Schubert, porque no existe ninguna relación entre el acto y la música”, sino que además –y ahí está la ironía del protagonista- es la inspiración de toda la novela. Recordemos que los textos que emplea Schubert, tomados del poeta alemán Wilhelm Müller, narran la historia de la ruptura de una relación amorosa y precisamente la primera canción describe cómo ha acabado y cómo el protagonista se separa de su amada y comienza un viaje.
Tanto la música como la novela de Nothomb son una bella metáfora de los sentimientos que se experimentan en ese momento: el enfado, la sensación de humillación, la nostalgia, la ensoñación, la tremenda soledad, el cansancio emocional, la rabia, etc…
El frío del apartamento se corresponde con las imágenes del hielo y la nieve de las canciones que quieren expresar el sufrimiento. En los mismos lieder se intenta comunicar, como en la novela, que los sentimientos amorosos, vividos plenamente, aunque sean dolorosos por no ser correspondidos, llevan una dicha en sí mismos.
Los niveles a los que se puede leer la novela, son muchos, unos más profundos que otros, pero todos igualmente satisfactorios: en unos casos entretendrá, en otros hará reflexionar y será enriquecedora.

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