Impedimenta, Madrid, 2013,
Págs. 453. TO: Nightingale Wood. Trad: Laura Naranjo y Carmen Torres García.
Stella Gibbons (1902-1989) es ya muy conocida por su novela La hija de
Robert Poste, que tanto
sorprendió, pero luego aparecieron otros títulos
(Navidades en Cold Comfort Farm, Flora Poste y los artistas y Westwood) que han
consolidado su valor literario, con historias bien construidas y con personajes
sólidos y excelentemente descritos. Ahora volvemos a una novela con personajes
femeninos, mezcla de romanticismo, ironía, humor fino y crítica, que es donde
se encuentra a gusto la autora.
La protagonista es Viola, jovencísima viuda del hijo mayor de una familia
de pequeños burgueses rurales y que decide irse a vivir con ellos, en parte
porque no tiene familia ni dinero para vivir por su cuenta y en parte porque
sus suegros consideran que es lo socialmente correcto. Se instala en The
Eagles, la casa familiar de los Wither y se encuentra inmersa en una tediosa y cansina
vida, con dos suegros aburridos y preocupados por el dinero y las apariencias y
dos cuñadas, Madge y Tina, solteronas, mayores y con pocas perspectivas.
Todavía hay más mujeres, una amiga de Viola, sus antiguas compañeros de
trabajo, la prometida de Victor Spring y sobre todo Hetty, sobrina de los
Spring, vecinos de los Wither, nuevos ricos y con un hijo casadero, Victor,
añorado por todas las mujeres de los contornos y lógicamente por Viola. Cada
una de estas mujeres es un tipo, una personalidad, una manera de ver la vida
desde un prisma femenino variado y dispar.
Una vez más, Gibbons, crea un cuadro armonioso, donde poco a poco el
movimiento va acelerándose y el lector participa de ello a través de las
mujeres que son las que dominan toda la escena. A lo largo de la novela se van completando
los itinerarios vitales de cada una con soluciones quizá entrevistas por el
lector, pero desarrolladas de forma que no queda ningún cabo suelto.
Hay un fondo de exaltación de la mujer, de su independencia, un incipiente
feminismo, propio de la época, pero defendiendo los modelos clásicos
establecidos y sobre todo el matrimonio y la familia. A la vez es una novela
romántica, cargada de ironía desde los mismos nombres de los personajes hasta
la descripción de situaciones y fiestas.
Escrita en un lenguaje moderno, con una descripción sobria de los paisajes,
realista, con diálogos ponderados que le dan un gran encanto. Aunque comienza
con lentitud y puede hasta exasperar, va introduciendo poco a poco al lector en
una narración que se va haciendo agradable e imprescindible, hasta llevarle al
final con gusto.