La siguiente selección de lecturas ha sido elaborada por ACE Prensa y, aunque se pueden hacer muchas selecciones, esta es inmejorable. Buena lectura. Feliz Navidad y Feliz Año
Robertson Davies, Espíritu festivo. Cuentos de
fantasmas. El Massey College de la Universidad de Toronto se fundó en 1963.
El novelista y profesor canadiense Robertson Davies
(1913-1995) ejerció la docencia en sus aulas desde su inauguración. En la
primera fiesta de Navidad de ese centro académico, ideó un cuento de fantasmas
bromista que leyó ante la divertida concurrencia. Se instauró la tradición y
Davies, hasta jubilarse, redactó todas las Navidades su historia de espectros
risueña. Aunque con un destinatario específico, un lector culto de hoy puede
figurarse los guiños domésticos y los alfilerazos irónicos: al coro, a
personajes de la realeza, a miembros del claustro docente, la candidez de las
modas volátiles o las veces que no funcionaba la calefacción… al propio
escritor, que no se toma en serio a sí mismo. (Libros del
Asteroide. 312 págs. 18,95 €.).
Vasili Grossman, Eterno reposo y otras
narraciones. Tras
la publicación de sus novelas, se publica una selección de relatos escritos
entre 1953 y 1963, en la época en que Grossman ya era un scritor perseguido por
el régimen y cuando estaba escribiendo Vida y destino, su obra maestra.
Los relatos muestran la sumisión del destino individual a los proyectos
políticos totalitarios, aunque el punto de vista no son los héroes sino las
personas corrientes y bondadosas que sobreviven como pueden a las penosas
circunstancias que les ha tocado vivir. Aunque es inevitable hablar de
desigualdad cuando se reseña un libro de relatos, todos ellos abordan con
libertad los grandes temas que obsesionan a Grossman: la libertad, la coherencia
y el elogio de la vida cotidiana en un contexto contrario y difícil. (Galaxia
Gutenberg/Círculo de Lectores. 252 págs. 18 €.).
Leonardo
Padura, Herejes. Autor de una serie de
novelas policiacas, Padura (La Habana, 1955) consiguió un gran éxito
internacional con El hombre que amaba a los perros. Herejes tiene
como protagonista al detective Mario Conde, quien debe resolver el misterio de
un cuadro de Rembrandt que unos judíos vieron desaparecer cuando el
transatlántico Saint Louis no recibió la autorización de atracar en Cuba con
900 judíos que huían del nazismo. En el puerto, esperando a sus padres, se
encontraban el niño Daniel y su tío Joseph, que llevan viviendo una temporada
en La Habana. La novela se centra en el cuadro y en el destino de estos
personajes y sus descendientes, con incursiones en la Cuba actual. Novela
ambiciosa, de estructura compleja, con algunos pasajes ácidos y amorales.
Padura habla de historia, de judíos, de sueños de libertad, de la presión de
los totalitarismos.... (Tusquets. 520 págs. 21 €.).
Julia Navarro, Dispara, yo ya estoy muerto. Los protagonistas son varias generaciones de árabes y judíos entre
1880 y 1948. No es una novela de tesis sobre el conflicto en Oriente Medio, que
aparece como telón de fondo. El nacimiento del panarabismo, los asentamientos
de judíos en la Palestina ocupada por los británicos, la formación de las
milicias judías o la creación del estado de Israel, son el engarce de una
historia de amistad, convivencia y tolerancia. Hay violencia puntual y detalles
de tipo sexual, sin escabrosidades. La novela es poliédrica, como el conflicto
en que se ambienta, tanto en situaciones y escenarios (París, Madrid, Varsovia,
Moscú, Jerusalén, etc) como en personas. (Plaza & Janés. 912 págs. 22,90
€.).
Graeme
Simsion, El Proyecto Esposa. Imagínense un
profesor de Universidad, Don Tillman, cuarentón, que enseña genética,
racionalista, metódico, nada sentimental... Idea por fin casarse, para lo cual
elabora un nutrido cuestionario de exigencias y condiciones. Por error cree que
Rosie es una de las candidatas. Pero ella es camarera y psicóloga y le angustia
conocer quién es en realidad su padre biológico, porque solo conoce a su
padrastro. Eso exige obtener muestras de ADN y examinarlas. Don se presta a
ayudarla... El personaje de Don es hilarante y entrañable a la vez. Las
peripecias, divertidas. El estilo chispeante y agudo. Es de esas novelas que se
leen con gusto página tras página, porque el autor no pone nada que sobre y
todo lo que escribe es jugoso. (Salamandra. 320 págs. 17 €.).
Alexander Lernet-Holenia, El estandarte. La novela más destacada de este
importante escritor austriaco (1897-1976) aborda un tema muy sugestivo en la
literatura centroeuropea: la caída del Imperio austro-húngaro. El autor centra
toda la acción en plena primera guerra mundial, con un protagonista que se
debate entre las obligaciones y tradiciones de su cargo militar y el amor
romántico por una joven dama de la corte. La novela tiene intensos pasajes
románticos y hasta góticos que se desarrollan en medio del fragor de la
batalla, en un momento delicado para los intereses del Imperio, cuando las
tropas empiezan a desintegrarse y los ideales imperiales sucumben por todos los
lados. El joven Herbert Menis debe elegir entre su responsabilidad militar y un
amor irracional. El trágico final de la guerra, sin embargo, transforma su
mente y hasta sus ideales. (Libros del Asteroide. 334 págs. 19,95 €.).
Franz Kain,
El camino al lago desierto. El autor
(1922-1997) publicó este relato en 1974, para el que se inspiró en un personaje
real, el nazi austriaco Ernst Kaltenbrunner, mano derecha de Himmler y
condenado a muerte en los juicios de Núremberg. Kain se centra en un momento de
la vida de Kaltenbrunner, cuando ya es inminente la derrota del Tercer Reich y
como otros líderes nacionalsocialistas, decide huir a la región alpina de
Salzkammergut para esperar que acabe la guerra y se olviden de él. El relato se
centra en el mundo interior del protagonista. La disección que realiza de
Kaltenbrunner resulta intensa, verosímil y muy lograda, pues refleja el nulo
arrepentimiento de personajes que, como el protagonista, intentaron
reincorporarse a su vida cotidiana como si la experiencia del nazismo no
hubiese existido nunca.(Periférica. 104 págs. 15 €.).
John Fante,
El vino de la juventud. Guionista en
Hollywood y escritor con un tardío reconocimiento, John Fante (1909-1983) es el
autor de Llenos de vida, una magnífica novela con muchos rasgos de la
biografía de Fante. En ella hablaba con mucho sentido común y del humor de su
matrimonio, la religión, el trabajo, su familia, sus orígenes italianos. En
esta colección de relatos aparece una ambientación parecida. Transcurren en la
década de los años 20 en Estados Unidos y están protagonizados por una familia
muy humilde de emigrantes italianos. Los relatos están contados desde la
perspectiva ingenua y entretenida del hijo mayor. En ellos, habla de sus
padres, del colegio de monjas donde estudia, de sus vivencias como monaguillo,
de su afición al béisbol, de trastadas infantiles... (Anagrama. 320 págs. 18,90 €.).
Mario Vargas Llosa, El héroe discreto. Un pequeño empresario de Piura sufre la extorsión por parte de una
sociedad mafiosa; a mil kilómetros de allí, un multimillonario limeño planea
una venganza contra sus dos hijos, un par de sinvergüenzas que amenazan con
destruir la fortuna familiar. Estas dos historias discurren en paralelo y
terminan por confluir de forma sorprendente. Vargas Llosa las maneja con la
desenvoltura profesional que le caracteriza y consigue una novela con héroes en
clave menor, menos sórdida y más luminosa que en otras ocasiones. El color
local de Piura, ciudad amada por Vargas Llosa, y de los barrios elegantes de
Lima son otros de los puntos fuertes de esta novela que se deja leer con
agrado. (Alfaguara. 383 págs. 19,50 €.).
Louis Bromfield, La señora Parkington. Esta novela
apareció en 1942. La narración alterna episodios del pasado que reconstruyen la
historia de Susie —una camarera de quien se enamorará un potentado, Gus
Parkington, y de las vicisitudes familiares y financieras y los altibajos de la
ambición— con el presente, que se desarrolla en Manhattan, en la víspera de
Navidad, no mucho después de la crisis de Wall Street de 1929, cuando Susie es
la señora Parkington, matriarca de una dinastía millonaria que recibe y cura
las heridas del deshonor, del desamor, la traición, la corrupción y la
indignidad. La entereza de la anciana salvará de las crisis y sembrará la
esperanza en una de sus descendientes, en la más joven. (Lumen.
432 págs. 19,90 €.).
Louis
Auchincloss, Historias de Manhattan. Prolífico
autor norteamericano, Historias de Manhattan es la tercera obra que se
publica en los últimos años, tras las novelas La educación de Oscar Fairfax y
El rector de Justin. Insiste Auchincloss (1917-2010) en el mundo
narrativo que aparece una y otra vez en sus escritos: los claroscuros
costumbristas de la alta sociedad neoyorquina, a la que el propio autor
pertenecía. Gran observador, retrata ese microcosmos con verosimilitud e
ironía. Por los diez relatos de este volumen desfilan abogados, financieros,
herederos, decoradoras, ricos amateurs que dan forma a una historia
coral de “un mundo compacto y propio, una ambientación de encanto antiguo”,
como escribe Ignacio Peyró en el prólogo. (Elba. 296 págs. 22 €.).
Santiago Posteguillo, Circo Máximo. Segundo capítulo de la recuperación de la figura del emperador
Trajano, iniciada con Los asesinos del
emperador. Se vuelve a repetir la fórmula de novela coral, esta vez en
torno a tres ejes principales: las guerras dacias (principios del siglo II,
punto de máxima extensión imperial hacia Oriente), el juicio del auriga y la
vestal que mantienen relaciones inapropiadas y las carreras de cuadrigas. Lo
primero sirve para mostrar al Trajano gran gobernante; lo segundo, para
zambullir al lector en la compleja red social del imperio, donde la religión
tenía un papel muy diferente al que entendemos ahora; y lo tercero, para dar el
toque de emoción y espectacularidad que atrae lectores. Posteguillo vuelve a
mostrarse buen conocedor de la época y eficaz narrador, y consigue ser
entretenido sin renunciar a una novela histórica de calidad. (Planeta. 1.200
págs. 22,90 €.).
Ruta
Sepetys, Entre tonos de gris. Lina es una
joven lituana con grandes dotes para el
dibujo. Cuando detienen a su padre por orden de Stalin, también arrestan a
ella, a su madre y a su hermano pequeño. Hacinados en un tren de mercancías,
son trasladados a un campo de trabajo en Siberia. La obsesión de Lina es hacer
dibujos para hacerlos llegar donde piensa que se encuentra su padre. Una de las
personas en las que puede apoyarse es Andrius, quien junto con su madre
comparte su mismo destino. No se
ahorran escenas duras de crueldad por parte de los soldados, ni momentos crudos
de comportamientos zafios o egoístas, pero tampoco faltan muchos detalles de
humanidad que sostienen la esperanza. (Maeva. 296 págs. 16,90 €.).
Joël Dicker, La verdad sobre el caso Harry
Quebert. En 1975, Harry Quebert se desplaza a
Aurora para escribir una novela y allí se enamora de Nola, una adorable
adolescente. Pocos meses después ella desaparece. En 2008, Marcus Goldman,
discípulo de Quebert, comienza a escribir un libro sobre la historia de amor de
Quebert y Nola con el propósito de demostrar la inocencia de su maestro, pues
en su jardín, muchos años después, han aparecido los restos de la chica. Aunque
Quebert es el principal sospechoso, Goldman saca a la luz otras incómodas
verdades que pueden alterar el resultado de la investigación. Buen ritmo, buena
arquitectura y el socorrido ingrediente metaficcional son sus elementos más
destacados. Como novela de misterio es corriente y falta de garra y como novela
romántica es en ocasiones de mal gusto. El planteamiento inicial es bueno y en
el final se multiplican las novedades, pero en el desarrollo Dicker divaga,
repite y cansa. (Alfaguara. 660 págs. 22 €.).
Maggie O’Farrell, Instrucciones
para una ola de calor. En el verano de 1976 una ola de calor se abate sobre
Londres. Robert Riordan, ya jubilado, sale de casa para comprar el periódico.
Pero esta vez no vuelve. Su mujer, Gretta, convoca a sus tres hijos, Michael,
Monica, y Aoife, para que le ayuden en la búsqueda de su padre. La novela
contiene cuatro tramas: las pesquisas para averiguar el paradero de Robert; la
de Michael y sus intentos por salvar su matrimonio; la de Monica,
que se siente rechazada por las hijas de su segundo marido;
y la de Aoife, que duda sobre la conveniencia de irse a vivir con su novio...
O´Farrell disecciona las actitudes de distintas generaciones sobre los mismos
temas: el matrimonio, la maternidad, las relaciones prematrimoniales y la
religión. (Salamandra. 313 págs. 18 €.).
Josep Pla, Viaje
a pie. Recupera Ediciones 98 una obra menos
conocida de Pla dedicada, como tantas otras, a contar algunos de sus viajes. En
esta ocasión, está escrita al finalizar la Guerra Civil y cuenta en ella sus
viajes a pie por su tierra, la comarca del Bajo Ampurdán. El texto está repleto
de excelentes reflexiones sobre la vida, los viajes, la actualidad...
desplegando esa filosofía del sentido común que es marca de la casa.”Mi
finalidad –escribe Pla- es modesta: describir el país tal como es –tal como yo
veo que es-, tratando siempre de hacerme lo menos pesado posible”. No transmite
Pla una visión idílica de la vida en el campo. Aunque destaca muchos valores
positivos, no oculta que la vida en los pueblos pequeños de aquellos años
también podía resultar asfixiante. (Ediciones 98. 248 págs. 18,50 €.).
Jean
Echenoz, 14. Como otras novelas recientes
de Echenoz (Ravel, Correr y Relámpagos). 14 es una
breve narración que quizá se pueda denominar novela. Se trata de una crónica
incisiva, minimalista y literariamente eficaz sobre la Gran Guerra de 1914 al
1919, localizada en Francia y Bélgica, con una ficción añadida tan sencilla y
escueta como la relación escrita de la historia real. La ficción del relato lo
protagonizan cuatro jóvenes personajes de la misma quinta, amigos en una
localidad de la Vandée, movilizados contra la invasión alemana. Una mujer a la
que pretenden dos de ellos sirve también para estructurar la historia de amor,
apenas insinuada. Echenoz es capaz de decir mucho en pocas líneas, y lo dice de
manera clara, un poco irónica, dramática y tremenda, pero sin atrocidades, con
elegancia. (Anagrama. 104 págs. 12,90 €.).
Henning Mankell, Huesos en el jardín. Novela que cierra la colección protagonizada por el inspector Kurt
Wallander. Su origen fue una publicación sólo para Holanda, que con
posterioridad la BBC eligió para filmarla y ahora Mankell ha decidido sumar
como punto final a la serie. En realidad es una novela que ocupa menos de la
mitad de páginas que las anteriores y quizá su contenido también se pueda
considerar más simple, aunque bien desarrollado e interesante, como los demás.
Aborda un asunto criminal sobre la aparición de un cadáver enterrado hace más
de cincuenta años en el jardín de una casa que Wallander visita para valorar su
compra, pues está pensando en cambiar de piso. La novela tiene un interesante
posfacio cuyo contenido responde claramente a su título: “Cómo empezó, cómo
acabó y lo que ocurrió entre tanto”, referido a Wallander. (Tusquets. 178 págs.
17 €.).
E. M.
Delafield, Diario de una dama de provincias. “La vida de una esposa y madre es a veces agotadora”, escribe
irónicamente la protagonista, una dama de provincias, madre de dos hijos, que
vive en una casa de campo con un esposo que apenas hace caso a sus graves preocupaciones,
una cocinera díscola y una refinada institutriz francesa. El libro es el diario
de una sufrida ama de casa de la clase alta a inicios de la década de los
treinta en Inglaterra. En su diario, la protagonista anota las vicisitudes del
día, intentando así meter algo de distancia con esos hechos y juzgarlos de una
manera más fría y desapasionada. El tono del diario es leve y ligero, sin
grandes disquisiciones y escrito con un estilo directo y deliberadamente
superficial. (Libros del Asteroide. 216 págs. 18,95 €.).
Pearl S. Buck, La buena tierra. La autora (1892-1973), premio
Nobel de Literatura en 1938, vivió en China hasta los cuarenta años. La novela
trata uno de sus temas más queridos: la vida de la gente del campo. Wang Lung
es un campesino pobre que consigue irse abriendo paso en la vida hasta llegar a
vivir como un nuevo rico. Sin embargo, su enriquecimiento conlleva un
empobrecimiento personal que sufre en primer lugar su mujer. Buck conoce el
ambiente rural en el que se desarrolla la acción y deja constancia de las
motivaciones primarias, casi primitivas que mueven a sus habitantes. De la mano
de Buck conocemos la estructura familiar milenaria china, donde el respeto a
los mayores es norma. (Alianza. 416 págs. 10,90 €.).
Eugene Field, Los amores de un bibliómano. El coleccionista William, a sus setenta y dos años, soltero y aún
enamorado de su biblioteca como el primer día, va esbozando en diecinueve
estampas los deleites, aventuras y desventuras de un cazador y lector de
libros. William disfruta de la “reconfortante desgracia” de una enfermedad
incurable, cuyos únicos malos momentos vienen por las dificultades y la falta
de dinero, ampliamente compensados por las inagotables felicidades de la
persecución, la posesión y la lectura. Libro simpático y sencillo, apasionado y
de humor blanco, liviano ensayismo sin grandes pretensiones literarias ni
didácticas. Todo aderezado con curiosidades, rarezas, recuento de errores
tipográficos, citas y poesías. (Periférica. 205 págs. 17,50 págs.).
Mircea Cartarescu, Las Bellas
Extranjeras. Reúne este volumen tres relatos concebidos como
reportajes que tienen al propio autor rumano como protagonista. Abandona
Cartarescu aquí la prosa onírica y surrealista del resto de su obra para contar
tres episodios de su accidentada vida como escritor. En el relato que lleva el
mismo título que el libro, el mejor y más largo, revive el autor un viaje que
hizo a Francia con otros escritores rumanos para participar en unas jornadas
literarias. Cartarescu no sólo cuenta la kafkiana y a veces surrealista
experiencia de esos días, sino que frecuentemente se remonta al pasado para
explicar más cosas de su vida y de su relación con el resto de escritores
rumanos invitados. El autor tiene una habilidad especial para sacar partido
cómico a las situaciones que vive. (Impedimenta. 254 págs. 19,95 €.).
Paul
Auster, Informe del interior. En Diario
de invierno, abordaba Auster diferentes recuerdos de su vida, aunque
anunciaba para un posterior libro la narración de su proceso de formación como
escritor. De alguna manera, Informe del interior, responde a esta
cuestión, aunque también vuelve otra vez sobre su vida y sobre su infancia.
Habla de sus juegos infantiles, de los dibujos animados, de la relación con la
naturaleza, del cine, de sus primeras lecturas, de la escuela, amigos,
ilusiones, temores, miedos, de su entusiasta afición por el béisbol... También,
de sus padres, del posterior divorcio y de su tangencial vinculación con el
judaísmo. En la última parte, revive con las cartas que escribió a su prmer
mujer sus años universitarios y su obsesiva y atormentada relación con la
escritura. (Anagrama. 336 págs. 18,90 €.).
Rosemary Sutcliff, Una espada al atardecer. La autora explica que, de acuerdo
con los datos de los historiadores, detrás de la leyenda artúrica no hay un
caballero de armadura reluciente, ni Mesa Redonda, ni un Camelot, sino un jefe
de guerra romano-britano del siglo V al que le pareció que valía la pena luchar
por “los últimos destellos de la luz de la civilización cuando las tinieblas de
la barbarie llegaron como una gran inundación”. Es él mismo quien la cuenta
cuando, después de su última batalla, recuerda su pasado. Con poco más de
veinte años, Artos, un joven muy alto y diestro, forma una Compañía de
trescientos hombres para combatir a los Lobos del Mar, los invasores sajones.
Su éxito creciente contrasta con las insatisfacciones personales. La narración
es pausada y las descripciones magníficas. (Plataforma. 640 págs. 30 €.).
Petros Márkaris, Pan,
Educación, Libertad. Esta obra cierra la
trilogía de la crisis de este autor griego, de la que también forman parte Con
el agua al cuello y Liquidación
final. La acción
transcurre en enero de 2014 y describe a ras de suelo la situación social,
económica y política griega, con las bajadas de sueldo, manifestaciones
continuas y unos indignados ciudadanos que ya no saben qué inventar para
sobrevivir dignamente. En este ambiente aparecen tres asesinatos
desconcertantes tanto para el comisario Jaritos como para el lector. Sin
embargo, a medida que se avanza en la lectura se descubren los hilos ocultos y
las coincidencias entre ellos. Y como telón de fondo, la caótica
Atenas, con sus calles, sus avenidas y sus plazas que recorreremos bien en el
coche patrulla o en el Seat del Comisario Jaritos. (Tusquets. 253 págs. 18 €.).
John Lanchester, Capital. La historia de varias personas que viven en Pepys Road, una calle
londinense prestigiosa, sirve a Lanchester para ofrecer una ambiciosa
omnivisión del moderno primer mundo. La capital británica personifica una
sociedad materializada, hiperactiva y muy preocupada por el dinero. Pero en ese
clima los hombres siguen teniendo que relacionarse entre ellos, y también están
la enfermedad y la muerte, los sentimientos y los sueños y está el mestizaje de
culturas con todos los problemas que conlleva. La novela cubre un año, 2008, y
lo más interesante es el estudio social que lleva a cabo Lanchester, su aguda y
perspicaz inteligencia, la comicidad de muchas situaciones, la facilidad con
que lleva al lector a sacar conclusiones. (Anagrama. 597 págs. 24,90 €.).
James
Herriot, Todas las criaturas grandes y pequeñas. Ambientado en los años 40, este entretenido libro cuenta las
peripecias autobiográficas del propio autor durante sus inicios como
veterinario rural en 1939, tras concluir en Glasgow sus estudios. El tono es
sencillo y altamente positivo, y las anécdotas relacionadas con los diferentes
animales a los que tiene que atender se unen a las consideraciones del autor
sobre la vida rural en North Yorkshire, incluyendo siempre sentido del humor en
sus valoraciones. La fórmula narrativa dio buen resultado y Herriot siguió
contando en otros libros sus peripecias como veterinario rural que posteriormente,
con mucho éxito, fueron llevadas al cine y la televisión. En la misma editorial
se ha publicado la continuación, Todas las criaturas brillantes y hermosas.
(Ediciones del Viento. 512 págs. 18,95 €.).
Eduardo
Gallarza, El soviet de los vagos. El título
responde al nombre del grupo juvenil de izquierdas de Henri Fevre, hoy
respetable ingeniero que vuelve a Francia a recoger el legado de David Babbitt,
científico con un alter ego de novelista. Esa es su tapadera, pues la verdadera
misión es la encomendada por Tesla, el famoso científico rumano afincado en
Estados Unidos: averiguar si Babitt había desarrollado un arma mortífera. La
novela se desarrolla en Francia en 1934, aunque toda la investigación se fraguó
en la década anterior, al final del armisticio. El periodo de entreguerras, la
desconfianza hacia los comunistas, el poder del periodismo, los chantajes, la
utilización de la administración pública en asuntos personales son algunos de
los temas de esta novela sencilla y compleja a un tiempo. (Funambulista. 592
págs. 21 €.).
Gay Talese,
El silencio del héroe. Alfaguara ha
reeditado varios títulos del norteamericano Gay Talese, junto con Tom Wolfe,
los máximos representantes del Nuevo Periodismo, género en el que se dan la
mano los mecanismos de la ficción y la no ficción. El silencio del héroe recoge
las colaboraciones periodísticas de Talese dedicadas al deporte. No se trata de
las habituales y tópicas crónicas sino de unos reportajes que se basan en el
lado humano de los deportistas. Talese escribe sobre boxeadores, jugadores de
fútbol, baloncesto y béisbol y sobre muchos personajes secundarios de otros
deportes, aproximándose a ellos desde una perspectiva insólita y muy poco
convencional. En ocasiones, se detiene en sus vidas cuando ya han perdido el esplendor
del triunfo o cuando transitan por ese territorio tan literario –pero no
deportivo- como es el fracaso. (Alfaguara. 350 págs. 19,50 €.).
Marco
Vivaldi, El caso del mayordomo asesinado. Pellegrino
Artusi (1820-1911) fue un famoso cocinero italiano, enamorado de lo científico
hasta en la elaboración de sus recetas gastronómicas. El italiano Malvaldi
(Pisa, 1974) lo convierte en el protagonista de esta novela policiaca, escrita
a imitación de los relatos de Sherlock Holmes y que tiene como personajes
principales a eminentes representantes de la nobleza italiana empobrecida de
finales del siglo XIX. Artusi, como Holmes, es un observador nato y sabe que
hay siempre una explicación científica para lo que ha sucedido. Con los
ingredientes clásicos del género policiaco, más un exquisito sentido del humor
y una sobresaliente presencia de la gastronomía italiana, el resultado es esta
novela a ratos costumbrista, con una agradable ironía y muy amena. (Destino.
206 págs. 17,90 €.).