jueves, 19 de abril de 2018

La Bruja


Camilla Läckberg
Maeva, Madrid, 2018, Págs. 675. TO. Haxan. Trad. Carmen Montes Cano


Continua la serie de los crímenes de Fjällbacka, y ésta es la novela número diez, con los mismos personajes y los lugares habituales, muy conocidos para los que van siguiendo estos relatos. La comisaría está como siempre, desde Bertill Mellberg, el jefe que tiene poco de jefe y su perro Ernst, hasta Patrik, Gosta, Paula, Martin y Annika. Y junto con ellos la verdadera detective, Erika Falk, esposa de Patrik y sobre todo escritora y con ellos sus tres hijos: Maja y los gemelos que se encargan de dar un tono de normalidad en una sociedad en la que no hay prácticamente estructuras familiares.

Pero en esta novela hay elementos nuevos, una juventud desarreglada y desajustada y unos emigrantes y refugiados que no siempre son bien acogidos por todos. Y no puede faltar algo ya habitual en Camilla Läckberg: un hecho histórico que va salpicando la novela, en esta ocasión un ambiente de brujería en el siglo XVII. El hecho fundamental es el asesinato de Stella, una niña pequeña y que ocurrió hace treinta años y un asesinato de otra niña, Nea, en el mismo sitio y en la actualidad. Y todo esto en pleno verano.

Pero la novela, en esta ocasión, es demasiado larga, hay mucho preámbulo y la conexión del pasado remoto con los dos crímenes actuales está tomada por los pelos y se podría haber prescindido totalmente de ella.

Una exquisita presentación y descripción de los personajes y del entorno, como es habitual en Läckberg, favorece que el lector se sienta atraído por el relato y que poco a poco vaya incorporándose a la acción y aunque se vayan dando pasos muy pequeños, la tensión va manteniéndose y subiendo, a pesar de verse interrumpida al alternar el crimen de hace 30 años y el episodio del siglo XVII con el asesinato actual.

¿Qué relación tienen los crímenes de las dos niñas? Esa es la gran cuestión ya que las dos niñas de trece años que fueron declaradas culpables del primero de los crímenes, ya mujeres, vuelven a encontrarse en el mismo lugar y en el mismo momento en que se produce el segundo asesinato. Pero las que fueron grandes amigas ahora están distantes y no se tratan. Sus dos hijos, chico y chica, se encuentran y se enamoran. Los distintos focos de la acción están bien situados, aunque el de los emigrantes es más artificial y podría haberse omitido, pero es un tema muy actual en ese país y no se ha perdido la ocasión de traerlo a colación y hasta reflejarse en el título original de la novela.

El relato juega mucho con los aspectos afectivos de los personajes: hay un deseo de hablar de la felicidad, de la frustración y como ya va siendo ocurrente, dejando un amplio margen a todo tipo de conductas sexuales, pero sin estridencias.

En conjunto es una buena novela policiaca y social, aunque parece que la autora ha tenido en cuenta el aspecto comercial introduciendo elementos que resultan artificiales y se apartan de la línea genuina de las primeras entregas.