Meir Shalev
Ático de los libros, Barcelona, 2014, TO: Ha´davar Haya
Kakha, Trad: Silvia Villalobos Beltrán
Estamos ante una novela singular, más cercana al género
de las memorias que a un relato de ficción, y que cuenta la infancia del autor
y la historia de su familia, arrancando de los primeros colonos que llegaron en
la segunda oleada de emigrante, en los años veinte del siglo pasado, a
Palestina. Toda la historia gira alrededor de la abuela Tonia, emigrada con el
abuelo y su familia desde Ucrania y que viven en la naciente aldea de Nahaal en
Galilea. El narrador es su nieto Meir Shalev, un escritor de la primera línea
de la literatura israelí actual y por lo tanto con garantías para hacer un
relato de calidad.
La descripción de la dura vida de los comienzos en una
zona agrícola, con medios que son pocos y malos, pero que existe una unión
grande ente los colonos, que viven en paz con su ambiente y que todavía no se
ha llegado a los malos momentos que varios años más tarde se viviría con la
población árabe. Los relatos de la vida cotidiana, de las costumbres judías que
no se han perdido sino todo lo contrario, que les ha ayudado a permanecer
unidos como pueblo; y los retratos de los miembros tan diversos de la familia
son deliciosos y además están llenos de detalles agradables y risibles, de
forma que la lectura es de lo más cómoda y sencilla y las hojas van pasando
casi sin darnos cuenta.
La abuela Tonia es el gran personaje, bien descrita, y
aunque todo gire alrededor de su pasión por la limpieza en un lugar donde es
prácticamente imposible vivir sin el polvo, hay múltiples detalles pequeños que
nos la van retratando como alma de todo el clan. Como el autor ha incluido en
el texto fotografías de los personajes y de la época es todavía mucho más fácil
seguir los relatos.
Aunque todo gira referencialmente sobre la aspiradora
gigante que manda el tío americano, del que no se quiere saber nada, porque ni
es sionista ni comunista, hay otras muchas historias que son alma de la
narración.
A todos los interesados en el tema les satisfará
profundamente, pero también su lectura es muy interesante para hacernos
comprender como fueron los comienzos de los primeros colonos del futuro Estado
de Israel, tan alejados de los que ahora podemos ver: son personas que huyen de
la persecución, de la humillación, de ser señalados como indeseables y que
acaban de encontrar un hogar tranquilo donde nadie les molesta y pueden vivir
en paz manteniendo sus tradiciones seculares. Por supuesto que literariamente,
sin ser una obra mayor de Shalev tiene toda su maestría.