Andrea Camilleri
Salamandra, Barcelona 2017, Págs.
223. TO. Un covo di vipere. Trad. Carlos Mayor
Una vez más sale a nuestro
encuentro el comisario Salvo Montalbano y todo su entorno, incluida Livia, la
novia, la sirvienta, Adelina, que no puede ni verla, la trattoria de Enzo y
todos los compañeros de la comisaría.
Esto quiere decir que el escenario
es el habitual de todas sus novelas, con todo el encanto de unas descripciones
vivas de esa Sicilia tan entrañable para Camilleri. En sus últimas novelas se
ha detenido en los entornos familiares y aquí vuelve, dando un paso de tuerca y
adentrándose en terrenos pantanosos.
La trama es muy sencilla: Cosimo
Barletta, un hombre viudo, perito mercantil y adinerado, aparece muerto un
domingo por la mañana a una hora muy temprana. Aparentemente ha sido asesinado
de un tiro y es su hijo Arturo, el que descubre el cadáver, llamando enseguida
a su única hermana Giovanna, para darle la trágica noticia.
Aunque la
vida desarreglada y mujeriega del muerto y sus numerosos enemigos parece que
van a proporcionar alguna pista firme, pasa el tiempo y los progresos en la
investigación son lentos y casi nulos. En los paseos habituales del comisario,
después de una copiosa y sustanciosa comida, es donde piensa, ata cabos y
surgen esas intuiciones que le permiten ver los datos con claridad y con una
lógica aplastante. Surgen así, los elementos necesarios, junto con la labor
lenta policial, para ir desmadejando una trama que es más sencilla de lo que
parece. Es posible que el lector habitual de Camilleri, sea también capaz de
intuir algo de lo ocurrido, pero siempre le faltarán los pasos para descubrir
toda la trama y resolver el caso con lógica.
El humor
siempre presente en todas sus novelas sigue protagonizándolo Catarella, con sus
palabras inventadas, los apellidos de los que llaman por teléfono que nunca
coinciden con la realidad y sus salidas llenas de ingenuidad. El cinismo de
Montalbano también hace acto de presencia, quizá más que nunca, pero compartido
con su aplastante humanidad.
En pocas
palabras una novela más de un prolífico autor, fiel a sí mismo, y que sabe
explorar la naturaleza humana y sacar lo mejor y lo peor de ella. Escrita en un
lenguaje pulcro y dominando el estilo y el ritmo.