martes, 20 de marzo de 2018

Cuando sale la Reclusa


Fred Vargas
Siruela, Madrid, 2018, Págs. 402. TO. Quand sort la recluse, Trad. Anne-Hélène Suárez Girard.


Nueva novela de Fred Vargas (Frédérique Audoin-Rouzeau, París 1957) con el Comisario Jean-Baptiste Adamsberg, quizá el personaje más trabajado y conseguido de la novela policiaca actual. En efecto, el Comisario, ya conocido para los que han seguido la serie es un hombre con un carácter muy bien definido, que se ha hecho familiar para el lector y que sabe cómo va a reaccionar, pues tanto sus sentimientos humanitarios, como sus planteamientos morales son muy claros, definidos y predecibles, a poco que se piense. Su profunda intuición y una tenacidad que intenta superar todos los obstáculos, a la vez que la confianza en el equipo, hacen que todo acabe por resolverse.

Adamsberg es un personaje agradable, campechano, asequible, coherente, pero también lo es el resto del numeroso equipo: la teniente Retancourt y la teniente Froissy, las dos mujeres de la Brigada, Mercadet con sus ataques de sueño, Voisenet, etc y luego el teniente Veyrenc, que es bearnés como el comisario y se conocen desde la infancia.

La novela comienza con un caso menor, resuelto con presteza por el Comisario y otro, doméstico, también pequeño y de fácil solución. Pero el caso importante, se origina de la nada, mejor dicho, de la curiosidad de Adamsberg, que descubre, de refilón, en el ordenador de uno de los de la Brigada, el seguimiento de unas muertes por picadura de la araña “reclusa”. El comisario, piensa y desconfía de que sean muertes accidentales normales; al principio, no se le pasa por la cabeza comunicar sus sospechas al resto del grupo, pero más tarde las comparte con unos cuantos y acaba por tener que hacerlo con todos. No va a ser bien recibido por unos cuantos, suscitándose una pequeña rebelión en el grupo, en la que su segundo Danglard va a tener una parte muy activa.

Las investigaciones van a remitir a una situación antigua y de ahí a descubrir unos delitos que se prolongan hasta el momento actual. No faltará la lección de historia, tan propia de la Fred Vargas, arqueóloga de formación.

Lo sorprendente es poder hacer una novela de esta envergadura con tan pocos elementos, y aquí radica la genialidad esta autora, que tiene una imaginación desbordante y una buena capacidad narrativa para mantener un ritmo que siempre va a más y no que cesará hasta la última página.

Las descripciones de lugares, personajes, tanto principales como secundarios y la puesta en escena de los principales escenarios, reflejan un alto oficio literario, que explica porque se puede mantener una serie de un personaje así, sin que se desgaste.

En conjunto, una buena novela, entretenida, bien narrada y escrita, buena para los amantes del género y para todos los que quieran pasar un rato agradable con un material de calidad.

martes, 13 de marzo de 2018

Visión binocular


Relatos nuevos y escogidos
Edith Pearlman
Anagrama, Barcelona, 2018, Págs. 505. TO. Binocular Vision. New and Selected Stories. Trad. Amado Diéguez Rodríguez.


Los cuentos son instantáneas, relatos cortos que narran un momento de una historia que no tiene por qué ser completa, puede estar abierta. Pearlman (Providence, Rhode Island 1936) nos ofrece un conjunto de 34 cuentos que cómo las fotografías sacadas por un buen fotógrafo retratan desde un ángulo especial, un momento, para hacer de ellos una historia singular. Si nos paramos en los personajes que describe, tendremos una colección de descripciones de niños, jóvenes y mayores que son normales en la mayoría de los casos, pero que muestran esa singularidad que tiene cada persona, y que se manifiesta en una situación concreta. Se trata de momentos en los que saca partido de algo muy normal. Sabe mirar y sabe relatar lo que ve y hacer que el lector se fije en ello. Todo es la sencillez de lo conocido, de lo habitual, y todo es novedad, le basta una frase o hasta una palabra, para hacer del relato algo original y nuevo.

Muchas veces son situaciones en las que nos hemos podido encontrar todos, por ejemplo, el cuento con el que abre el volumen y que es la historia breve de una familia, que en la ciudad pierden a una niña. La historia descubre los sentimientos de la niña y de los padres y lo hace de una manera que el lector siente con unos y otra. Pero también hay situaciones excepcionales, como la de la niña deseada que nace con graves carencias y vive sujeta a unas máquinas en el hospital. ¿Cómo reaccionar ante esto? Todo el hospital gira alrededor de ella y las reacciones son de ternura, de comprensión, de cariño, aunque el desenlace no se prevé.  En otras ocasiones son las cosas las que están sujetas a una descripción pormenorizada, como el caso de una partida de póker, los jugadores, las distintas manos y posturas, etc. con todas sus posibilidades y la manera en que los jugadores ven y juegan. Una descripción de los buzones de un edificio nos introduce en la forma de ser y de vivir de sus dueños. Un padre enfermo y una familia pendiente de él y, organizando toda la vida pensando en él.

Con frecuencia aparecen tipos variados de judios, refugiados o asentados ya en América, casi todos ellos poco religiosos, otras veces es el envejecimiento bien llevado o el amor de los esposos hasta el final. Casi no hay sentimiento que no aparezca aquí. Hay algunas situaciones inmorales y otras, la mayoría, de una exquisita ética que domina toda la situación.

Dos relatos merecen pararse en ellos, Vaquita, historia de una ministra judía de un país americano, que pasó un largo periodo encerrada en un establo con una vaca, a la que le iba contando todo tipo de historias, sobre todo médicas, pues estudiaba medicina y otro, el que da nombre al conjunto de relatos, Visión binocular, historia de unos prismáticos, con una final absolutamente imprevisible

Y todo esto escrito con una gran pulcritud, con una belleza estilista soberbia, que hacen del libro una colección de cuentos absolutamente excepcional. Parece mentira que una escritora así, con un buen número de galardones, no sea más ampliamente conocida.