“De repente llaman a la puerta” es el título del primero de los 38 cuentos
que da título a esta recopilación hecha por el autor, excelentemente
traducidos, como ya es habitual por Ana María Bejarano.
Etgar Keret (Tel Aviv 1967) es un israelí, guionista, director de cine y
profesor en la Universidad de Tel Aviv. Es un escritor diferente, tanto por la
temática de sus obras ya que se ha alejado de los temas del holocausto, la
independencia o el pacifismo, como por la forma de narrar; pertenece a esa
nueva generación de escritores que han surgido junto a Joram Kaniuk y que
representan lo más original de la literatura israelí actual.
Sus obras no son fáciles de leer, no son muy convencionales. Tanto “La
chica sobre la nevera, Pizzeria Kamikaze y otros relatos” y el que estamos
comentando, que acaban de ser publicados, están compuestos de relatos cortos, muy
imaginativos y absurdos en su materialidad, impredecibles y originales. Muchos
de los más prestigiosos índices literarios los han colocado en la lista de los
mejores libros del 2012.
Se han afanado en buscarle fuentes de inspiración, pero nadie se pone de
acuerdo y él mismo admite que la mayor influencia de su escritura ha sido su
familia, donde coexisten tendencias políticas y sociales diversas y extremas.
La verdad es que sin perder sus raíces orientales se enraíza con la novela
centroeuropea y la americana de tendencia al absurdo y de crítica social.
Su escritura es contundente, aparentemente fácil de leer, pero que lleva a
pensar. Nadie queda marginado de su poder de observación y de crítica y todo
con ironía, sarcasmo y mucho cinismo. Los temas son variados, pero le interesan
las relaciones humanas sobre todo y por ahí van discurriendo sus relatos: la
importancia de la verdad, lo trascendente de nuestras decisiones, el
matrimonio, la fidelidad, el desarraigo, el sexo. No hay nada que quede
excluido. Quizá, el tema de la soledad en nuestra sociedad, la
incomunicabilidad y la superficialidad e incoherencia de muchas vidas aparece
de una manera o de otros en casi todos los relatos.
Es sin duda un escritor minoritario, pero imprescindible.