viernes, 20 de febrero de 2015

Vestido de novia

Pierre Lemaitre
Alfaguara, Madrid, 2014, Pagas 296, TO, Robe de Marié, trad. María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego

Novela muy desconcertante. Según se avanza en la lectura, el desconcierto va en aumento hasta llegar a más de la mitad del libro. El lector puede aguantar o no. Si aguanta comprobará la lógica de todo el relato y aplaudirá. Eso sí, para llegar al aplauso hay que soportar una alta tensión psicológica.

Lemaitre juega también literariamente con el lector porque si las partes del libro estuvieran organizadas de otra manera, seria todo más comprensible desde el primer momento, pero eso es la libertad del artificio literario y está en su derecho de plantear la novela de esta manera.

Sophie Duguet es la gran protagonista. Una mujer inteligente, culta, joven, casada, con un trabajo próspero y un marido que le adora y que también está muy bien situado profesionalmente. Sin embargo, de una manera incomprensible comienzan a ocurrirle cosas que no es capaz de explicar: pierde un regalo que acaba de comprar para su suegra y que encuentra al cabo del tiempo en un lugar absurdo, cambia en su correo electrónico una reserva para un restaurante sin que sea consciente de ello, y además, y es el colmo, roba en el supermercado en dos ocasiones. Por si fuera poco, a su alrededor comienzan a aparecer cadáveres: se ha convertido en asesina. Es el colmo de lo absurdo e incomprensible. ¿Me estoy volviendo loca? Es lógico pensarlo, y así lo cree en un primer momento, pero no se va a conformar con una respuesta fácil. Y Sophie comenzará a luchar y a desvelar la situación.  La tensión está servida de nuevo, pero ahora en la dirección contraria y el lector puede comenzar a respirar, porque entiende un poquito más, pero tampoco sabe cómo va a terminar aquello.

Y este es el relato, rebuscado, alarmante, pulcro y con fuerza y del que no se puede decir más porque es imposible sin desvelar el "truco" de la novela.

Realmente es un diálogo entre dos personajes, aunque también está la gran amiga de Sohie y al final aparezca un tercero, el padre de Sophie, definitivo para el desenlace; y es un diálogo con hechos y con pocas palabras, pero están tan bien enmarcados, son tan reales dentro de la ficción que mantienen una constante situación en la que nos vemos extrañamente inmersos. Es una pena que, como la intimidad de Sophie, sale al descubierto aparezcan delicadamente, pero con realismo, escenas de su vida sexual matrimonial que no hubiera sido necesario exponerlas de un modo tan explícito.

Posteriormente a esta novela que ganó el Premio del Salon du Polar 2009,  Pierre Lemaitre (París 1951) recibió por "Nos vemos allá arriba" el Premio Goncourt de 2013 culminando así una buena trayectoria literaria.


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