Siruela, Madrid 2013,
Págs. 407
Sorprendente novela policíaca, escrita por Rosa Ribas (Prat de Llobregat
1963) y que se une a la lista de las seis novelas ya publicadas y por Sabine
Hofmann (Bochum, Alemania 1964) que se estrena con este título. Ambas son
filólogas y esta procedencia se refleja profusamente en el texto.
La acción transcurre en Barcelona en 1952, en vísperas del Congreso
Eucarístico Internacional. Es una época dominada por la dictadura y todos los acontecimientos
hay que encuadrarlos en ese contexto político para asi poder entender las
tramas del poder, la corrupción, las pugnas para sobresalir y las luchas entre
facciones. Es una sociedad corrupta y timorata, donde el miedo a manifestar las
opiniones y el temor a caer en desgracia o ser denunciado como desafecto al
régimen tiene una importancia relevante. La policía está al servicio del
poderoso y también está dividida según los políticos que apoyan a uno u a otro;
sus métodos son poco ortodoxos y su moral y su concepto de la justicia muy poco
claro. Este contexto sociológico es clave en la novela.
Con motivo de la investigación del asesinato de Mariona, una mujer muy
conocida de la burguesía catalana, al inspector Isidro Castro, hombre duro y
con métodos de trato de las personas reprobables, le imponen una joven
periodista, Ana Martí, para que le acompañe y de la cobertura informativa conveniente
a la marcha de la investigación. Pero Ana, deseosa de cosechar méritos y de
subir en el escalafón profesional y porque lleva el periodismo en la sangre, no
se conforma con este papel y por su cuenta va haciendo pequeños descubrimientos
que rebelan una complejidad y profundidad del problema inimaginable. Ana acaba
pidiendo ayuda y confiándose a Beatriz, pariente suya y profesora de
literatura, que se verá totalmente implicada en el caso. La aportación de un
razonamiento nuevo, con muchos elementos literarios, no solo dan colorido al
relato, sino que son fundamentales para la resolución del caso.
Buena novela policiaca, buena trama, mejor puesta en escena y con una
capacidad de establecer un clímax que da mucha fuerza a la narración. Y además
muy bien escrita, con un lenguaje pulido y muy cuidado. Su lectura,
consecuentemente, es adictiva.
El contexto sociológico, aunque está enturbiado por una cierta visión
ideológica de las autoras, no interfiere sustancialmente en el relato.
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