Jirí Kratochvil
Impedimenta, Madrid, 2013, Págs. 308. TO: Slib.
Trad. Elena Buixderas
Jiří
Kratochvil (Brno, República Checa, 1940) nos presenta una novela de calidad, en
la que es difícil entrar y hacerse cargo de la línea del relato, pero que poco
a poco va cobrando interés y una vez que se descubre su mecánica narrativa cautiva
al lector y se descubre una novela culta, profunda y llena de un peculiar
irónico humor dentro de la situación dramática que relata.
La
acción transcurre en Brno, la ciudad natal del autor, que conoce bien, y en los
años cincuenta del siglo XX, bajo el régimen estalinista. En una primera parte
se van mostrando los actores desde diversos ángulos. El fundamental y casi predominante,
es Kamil Modrácek, arquitecto
que con la situación del régimen se ha visto obligado a aceptar un empleo
público y diseñar edificios de mal gusto pero que son los que desean los
comunistas en el poder. Durante la ocupación nazi construyó una célebre casa en
forma de cruz gamada para el jefe de la Gestapo; esto le sirvió para sacar a su
hermana de la cárcel acusada de ser antinazi. Al acabar la guerra y ser
dominados por los estalinistas esta misma hermana es sospechosa de ser
anticomunista. Kamil tiene que pasar por unos absurdos e interminables
interrogatorios periódicos con el teniente de la policía secreta Laska, que es
el prototipo de guardianes del régimen. Toda la novela va a girar en torno a
los tres, y el resto de los personajes, que tampoco son abundantes, permanecen
en un segundo plano.
Su
hermana, pintora cotizada, con la que está estrechamente unido, es acusada de
colaborar con enemigos del régimen y de que sus obras pictóricas son alusivas e
insultantes al Estado, y un buen día desaparece. Kamil tiene que enfrentarse a
una maquinaria burocrática absurda para intentar descubrir donde la tienen y
cuál es la acusación, pero cuando le parece que ya lo ha conseguido, le comunican
que ha aparecido muerta en su celda, supuestamente es un suicidio, y ni
siquiera le dejan ver el cadáver, solo se lo entregan para que la entierre.
No
tiene ninguna duda de que es obra de Laska y organiza la venganza. Aquí
comienza una parte que enriquece la originalidad general de la novela con la
irrupción de Nabokov, amigo de su padre y del que tiene un escrito, del que va
a sacar el modo de vengarse. Mejor no decir nada de esta parte y dejarla para
la lectura, porque en ella el lector va a descubrir una segunda novela.
Un excelente relato, culto y
no siempre asequible. La descripción, aparentemente periférica, del ambiente
social del estalinismo y de su modo opresivo de tratar al indefenso ciudadano
está magistralmente pintada. No es fácil incluirla en ningún género: no es una
novela social, ni policiaca, ni de denuncia…. Es peculiar.
Jiri Kratochvil destaca de
entre los autores que irrumpieron en el panorama literario checo posterior a
1989, la llamada «era post-Kundera». Es conocido por su trilogía formada por
«La novela del oso» (1990), «En mitad de la noche un canto» (1992) y «Avion»
(1995). Ha recibido diversos premios literarios: Tom Stoppard (1991), Karel
Kapek (PEN Club, 1998) y Jaroslav Seifert (1999), entre otros.
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