John Williams
Lumen. Barcelona, 2013; Págs. 360 páginas, € 18,90; TO: Butcher's Crossing;
Trad: Luis Murillo Fort.
Estamos en 1873, Will Andrews, hijo de un predicador y estudiante de
Harvard, decide trasladarse desde Boston, donde vive plácidamente, a Butcher's
Crossing (Kansas), en pleno Oeste, un poblado de mala muerte, formado por
cuatro casas y lugar de reunión de cazadores que comercian con pieles. Una vez
que se ha puesto en contacto con McDonald, que es el que centraliza todo el
negocio de pieles, dejándole claro que no quiere dedicarse a los negocios, sino
buscar una experiencia nueva, distinta, conoce a través de él, a Miller, un
mítico cazador de búfalos, que busca a alguien dispuesto a financiar un
proyecto que es el sueño de su vida: dirigirse a un valle de las Montañas
Rocosas, en Colorado, donde abundan los bisontes y que sólo él conoce. Will se
queda fascinado con el personaje y con la ocasión de una aventura sorprendente
y accede gustoso a poner el dinero necesario. Después de los preparativos se
pone el marcha el grupo: además de Will y Miller, está Charley Hoge, manco, y amigo y protegido de Miller, alcohólico y
timorato de Dios al que acude con frecuencia y que no deja de leer una gastada
Biblia; el grupo se completa con Fred Schneider, despellejador de reses, que
desde el primer momento se muestra distante y crítico con la empresa y sus
componentes.
El viaje a través de
espacios abiertos teniendo que transportar una tartana tirada por bueyes y
pasando por ríos y zonas muy agrestes se hace interminable, pero al fin llegan
al mítico valle lleno de grande manadas de búfalos. Ahora comienza la aventura
de Miller que poco a poco se ve poseído por la pasión y va alargando el tiempo de
la vuelta con la obsesión de matar a todos los animales, sin calcular que se
les echa encima el invierno y las nieves. Cuando decide volver ya es tarde y se
ven empujados a pasar el durísimo invierno allí, encerrados en una tienda
improvisada hecha con pieles de búfalos. Al fin llega el tiempo apacible y
pueden volver, pero además de que el viaje de vuelta con la carreta de bueyes
llena de pieles es durísimo y está lleno de dificultades y de tristes
imprevistos, se encontrarán a la vuelta un pueblo en el que las cosas han
cambiado sustancialmente.

Su estilo narrativo es
directo, esencial, preciso, ni sobre, ni falta y con frecuencia apetece volver
a deleitarse con la relectura de párrafos; bien es verdad que hay mucha
descripción: es un cuadro realista de gran detalle en el que no falta nada,
pero si solo buscamos acción, puede resultar pesada, si buscamos algo más, nos
entusiasmará.
Su autor, John Williams (Texas1922-1994), es conocido por otra gran novela,
«Stoner». Y entre las dos hay un cierto paralelismo; aquí un estudiante deja la
universidad para meterse en una aventura al aire libre, en Stoner, es el hijo
del granjero el que deja el campo para internarse en las aulas. Las dos son
novelas aparentemente de iniciación, pero que superan esos límites. En ambas
nos encontramos con unas excelentes novelas.
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