domingo, 1 de noviembre de 2015

Tiempos de Hielo

Fred Vargas
Siruela. Madrid, 2015, Págs. 343. TO. Temps Glaciaries. Trad. Anne-Hélène Suárez Girard


En más de una ocasión nos hemos parado a considerar la gran variedad de novelas policíacas y de autores, cada uno con su manera de ver a sus personajes y los ambientes y que han contribuido a revalorizar este género y a superar la triste categoría de entretenimiento. Fred Vargas (Pseudónimo de Fréderique Audoin-Ruozeau, París 1957) es una de estas autoras.

Sus novelas son siempre cultas y con una deriva histórica en la trama que las hace sencillamente distintas y que es una pena que los traductores, sin fidelidad al texto original introduzcan palabras malsonantes que difícilmente encajan con el pulcro modo de narración de la autora.

Merece la pena pararse en los personajes, sobre todo en el principal, el Comisario Adamsberg, del que es difícil sustraerse por su humanidad, su manera peculiar de encontrar enfoques, propios de una mente rica y compleja y por su manera de tratar y comprender a las personas. Es un personaje redondo, bien estudiado, sin estridencias dentro de su peculiaridad. Lo mismo ocurre con el resto del personal de la comisaría parisina a la que pertenece, más secundarios, pero que están también bien centrados en su persona y en sus papeles, son personajes reales muy de carne y hueso. Todos ellos convincentes.

La forma de narrar literariamente es muy buena, sabe utilizar los recursos, crear ambientes y mantener un tempo con fuerza pero sin ese desasosiego que caracteriza a muchos otros escritores y que lleva a unos relatos desiguales, por momentos explosivos y por momentos lentos y muy de relleno. Eso sí, en Fred Vargas siempre va a haber algo que se salga de lo común, en este caso no se pierda el lector al jabalí Marc, con su delicado hocico de pato y una fina ironía muy francesa que mantiene alerta en la lectura. Los casos son siempre complejos, sutiles, se escapan, pero van tomando forma y acaban por ser compactos y con explicaciones reales.

En esta novela se entremezclan dos historias, una primera que sugiere el título del libro, ocurrida en Islandia y otra que nos introduce en la revolución francesa y el círculo Robespierre. Aquí radica la peculiaridad de esta escritora: meternos en una asuntó histórico bien documentado y sin ningún tipo de interpretación gratuita o novelación, y que tiene repercusión en un hecho actual. Los asesinatos que van apareciendo, comenzando por el de Alice Gauthier, una profesora de matemáticas de sesenta y seis años desconciertan a todos, porque nos encontramos con un asesino listo y desconcertante.


Puede costar entrar en el mundo literario culto y a veces fantástico de Fred Vargas, pero si nos dejamos llevar acabaremos por buscar sus novelas que para algunos críticos son la mejor novela policiaca actual

No hay comentarios:

Publicar un comentario