domingo, 21 de enero de 2018

Damas oscuras

Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes
Impedimenta, Madrid, 2017, Pág. 490

Estamos ante una recopilación antológica de 20 relatos breves de escritoras del periodo victoriano, todas ellas conocidas, y con un tema común: fantasmas y terror.
La época victoriana, que va de 1837 a 1901, fue un periodo fructífero en literatura y algunos géneros destacaron, como las narraciones de misterio y terror y cultivado principalmente por mujeres, que fueron publicando sus relatos breves en revistas.

Estas autoras fueron capaces de escribir con maestría sobre un género fantástico, creando verdaderos ambientes a base de descripciones muy frescas y realistas. Paisajes tenebrosos, casas enormes, palaciegas, con habitaciones cerradas o secretas, caserones abandonados, personajes misteriosos o muertos que se hacen presentes a través de sus espíritus, seres vivos atemorizados que viven su drama silenciosamente, niños extraños portadores de un secreto…, todo un sistema de claves que mantenían al lector en tensión, gozando y sufriendo con cada capítulo o cuento.

Y fueron mujeres las que escribieron frecuentemente con un gran dominio de los argumentos y una imaginación desbordante. Tienen una enorme capacidad para retratar a un personaje con exactitud, destacando lo que les interesa, fijándose en sus rasgos, en sus estados emocionales, captando la atención del lector que se ve dominado por esa personalidad. Aquí vamos a ir leyendo relatos de autoras muy conocidas y que han triunfado en otros géneros, como Willa Cather, Mary E. Braddon o Charlotte Bronte, y otras muy poco conocidas para el lector español

Pero el relato, se convierte también en testigo histórico de una sociedad muy especial, y sin casi pretenderlo, da una imagen de la consideración que se tenía de la mujer en aquellos momentos. Escritos por mujeres, las mujeres también pasan a ser protagonistas: son o bien víctimas, o la hechicera o la médium del cuento, o la provocadora de la tragedia

Literariamente son una muestra del estilo que gusta en la época, alambicado, con minuciosas descripciones, adjetivos frecuentes que calientan el ánimo, monólogos, o discursos interiores del narrador y un ritmo lento que va subiendo la tensión y que acaba en el desenlace sin producir violencia, pero si desahogo.


Un conjunto de relatos que descansan, divierten, y hacen gozar con su escritura elegante y rica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario