Kjell Johansson
Nórdicalibros. Madrid
(2010) 374 págs. 21,95 €. T.o: Gogols Ansikte. Traducción: Carmen Montes
Cano.
Kjell Johansson (Estocolmo 1941) rompe con la reciente moda de escritores
suecos de novela negra y nos entrega una “autobiografía” del genio de la
literatura rusa Gógol.
El primer valor de esta biografía novelada es que realmente parece escrita
por el mismo biografiado; Johansson se ha introducido tan a fondo en la
literatura rusa y se ha identificado con el personaje de tal modo, que al escribir
ha logrado un mimetismo literario a lo largo de todo el relato. Ha sabido
reflejar esmeradamente todo el rico, inquieto y atormentado mundo interior de
Gógol: la constante duda que lleva pareja la indecisión agobiante, la lucha por
la verdad siempre acechada por la mentira, la lealtad y amor hacia los amigos y
las traiciones y olvidos, las inquietudes sociales y políticas en la Rusia
zarista y el silencio prudente que hay que mantener, el saberse buen escritor y
el dolor ante la incomprensión, la hipocondria angustiosa y ridícula que le
acompaña toda la vida y la inquietud que genera y todo acompañado de un
místicismo y amor mal entendido y temeroso a Dios, inculcado por su madre y que
se va agravando con el paso de los años hasta su muerte acompañada de locura.
El lector percibe que está ante una narración genuinamente rusa y se ve
obligado a comprobar, en más de una ocasión, que es una obra de creación
reciente.
Pero no se queda
ahí la novela, también nos ofrece la historia de la gestación de la mayoría de las
obras de Gógol, su motivación y la reacción a ellas en la sociedad de entonces.
Todos los escritores importantes de la época van desfilando, principalmente su
admirado Pushkin, que le sugiere el argumento de Las almas muertas y que tuvo tanta importancia para su vida
literaria. En la última parte de su vida ya dominado por la locura dominará la
amistad con Tolstoi. También aparecen, pero sin entrar en detalles Dostoiesky y
Turgenief.
Johansson en el postfacio, aclara que esta novela es la
última de su trilogía sobre seres asustados y solos y esta indicación es una
clave para poder entender los pasajes en los que los sueños, la imaginación y
la realidad se funden en momentos terroríficos y desconcertantes, donde queda
al descubierto el alma sufriente de Gógol. Son momentos magistrales enlazados simbólicamente
a través del personaje del herrero y su obra pictórica que recorre toda la
novela desde la infancia hasta la muerte del protagonista.
Por último, a lo largo del texto se intercalan algunos
cuentos, muy rusos, que adoban el relato y ayudan a darle soltura. Esta llena
de consideraciones profundas sobre la vida, el amor, la libertad, la familia
que le dan profundidad.
La novela es densa, la narración se va abigarrando según se
avanza y los últimos capítulos donde predomina el mundo interior del escritor y
donde es difícil distinguir la realidad del sueño pueden hacerse un poco tediosos,
pero sin duda es una novela que merece leerse para tener un conocimiento más
exacto de Gógol.
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