sábado, 2 de febrero de 2013

Marianela



Benito Pérez Galdós
Bruño. Madrid, 2012, Edición de Adolfo Torrecilla, 320 págs


Dicen que Marianela era la novela preferida de Galdós, no lo sé a ciencia cierta, pero si que es una de las más populares. Seguro que está en muchas bibliotecas familiares españolas. Si traigo hoy una reseña de ella, se debe a la reciente edición de Bruño y más concretamente al completo estudio preliminar de Adolfo Torrecilla, profesor de literatura y un excelente crítico literario, que me parece que es una ayuda excepcional para sacarle partido a uno de los mejores escritores españoles del siglo XIX. El estudio se complementa con unos ejercicios y unas notas para esta inmejorable edición escolar que, sin embargo, será útil para todos y supondrá un redescubrimiento de la literatura de Galdós.

Marianela se publicó en 1878 y previamente habían aparecido La Fontana de Oro (1870), La sombra (1870) y El audaz (1871), que realmente no tuvieron mucho éxito, pero para Galdós supusieron pasar de una época de periodismo errático a introducirse en el panorama literario del momento.

Más tarde, entre 1873 y 1879, publicó diez narraciones de la primera serie de los Episodios nacionales y los primeros de la segunda serie. En 1876, abandona esta línea por la caldeada situación política y social de España, y escribe dos novelas de tesis, Doña Perfecta (1876) y Gloria (1877), en las que aborda temas sociales y religiosos con un extremado tinte anticlerical, provocando las primeras polémicas por las que Galdós será muy conocido.

Y éste es el momento de Marianela. Galdós, abandona las novelas de tesis y busca un enfoque más realista y, a la vez, simbólico. Sin embargo, también hay tesis en Marianela, aunque en menor proporción e intensidad que en las novelas anteriores.

El personaje de Marianela es tierno, poético y trágico, destaca con diferencia por encima de todos los demás de la novela. Su manera de ver la vida, su generosidad, entrega y su drama interior elevan la calidad del relato y ponen en su sitio el tono didáctico, la intenciones sociales, la enseñanza moral y la escasa profundidad de algunos personajes, como Pablo, el joven ciego, y Florentina, una mujer ingenua y pueril que no encaja en lo que se está contando. Sin embargo, Marianela, con su fuerza y su idealismo, se apodera de la novela por entero, dejando en un segundo plano otras cuestiones menos estéticas y más ideológicas.

La introducción de Adolfo Torrecilla está divida en cuatro partes: el autor y su época, la cronología, el análisis de la obra y la correspondiente bibliografía –muy bien escogida- y los criterios de esta edición.

Una nueva oportunidad para volver a nuestros clásicos que no habría que desaprovechar.

2 comentarios:

  1. A mi, me encanta cómo relata Galdós: es de mis clásicos favoritos.
    Pienso que le debo a él mis filias por la redacción.

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  2. Tienes toda la razón sobre la forma de relatar. Lo que no sabía es la influencia que ha tenido en tí.

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