viernes, 8 de febrero de 2013

Lo que ha quedado del imperio de los Zares



Manuel Chaves Nogales
Renacimiento. Sevilla (2011) 360 págs. 24 €. Edición y prólogo de María Isabel Cintas

Ya había abordado Chaves Nogales (1897-1944) el tema de la revolución rusa en “El maestro Juan Martínez que estaba allí”, ahora se trata de relatar la vida y la situación de aquellos rusos, protagonistas directos o no de la política zarista, que vivieron aquellos momentos y que se vieron obligados, en muchos casos para salvar la vida, a huir del poder bolchevique y exiliarse a diversos países, pero principalmente Francia.
Es un relato periodístico de gran alcance ya que el libro está constituido por unas magistrales entrevistas a los grandes protagonistas que abandonaron Rusia con la Revolución: son los perdedores, los nostálgicos, los que fueron mucho y ahora no son nada y viven abandonados, olvidados, sin protagonismo y en ocasiones en la miseria. En este sentido el libro es un gran reportaje que responde a la pregunta: ¿qué fue de…?
Después de un breve resumen de los últimos años de la corte imperial y de la matanza magnicida, se va dando entrada a una variedad de personajes, desde el gran Duque Cirilo que se autoproclama zar o todos los familiares próximos (grandes duques) de la familia imperial junto con otros nobles en estrecha relación con el emperador. Pero aquí hay sitio para todos, no falta nadie, desde la amante del zar, Matilde Kchesinska, a la supuesta anónima que se presentó como la gran duquesa Anastasia, los políticos que tuvieron alguna importancia en aquellos momentos, los auténticos aristócratas, muchos de ellos en la pobreza más absoluta, los artistas, los escritores, los sacerdotes y miembros de la iglesia ortodoxa, los estudiantes, etc. El tema de las nacionalidades cierra el conjunto de entrevistas y análisis del libro.
Dos grupos de personajes merecen un tratamiento especial, los jefes del ejército blanco, con sus funestos errores y la crueldad que emplearon con el pueblo, que les llevó a ser despreciados y abandonados por todos y el menchevique y socialista Kerenski, personaje clave en el derrocamiento de Nicolás II, que con 38 años fue el jefe de Gobierno y que fue defenestrado por los bolcheviques en la Revolución de Octubre. Chaves intenta dar una visión objetiva y equilibrada de este sujeto que vivía pobremente dirigiendo un periódico ruso en París. Este es, probablemente, uno de los capítulos más logrados del relato.
Los artículos se publicaron diariamente en 24 entregas en el periódico Ahora en 1931.
En su conjunto cabe destacar la maestría literaria y periodística de Chaves: la lectura de sus artículos es para el lector pacífica y apasionada; sus introducciones al personaje, al ambiente en el que vivió y vivía en esos momentos son exquisitas. A la vez, aunque el tema de la revolución rusa se ha tratado abundantemente, es esta una visión novedosa, un ángulo distinto y una recuperación de unos personajes y de un pueblo que no son conocidos, a menudo, con profundidad. Como en todos sus escritos el deseo de objetividad, de narrar los hechos tal como son y no dar interpretaciones personales subjetivas y partidistas lo convierte en un valioso documento.
El libro está introducido por un completo estudio de María Isabel Cintas, que se ha especializado en la obra del autor y que facilita mucho la posterior lectura. 

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